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viernes, 23 de mayo de 2014

Ayleen Dávila Juárez, premio literario y entrevista en Periódico HOY

De izquierda a derecha, los declamadores Moisés Mendoza, Roberto Dávila, Ayleen Dávila, Alberth Ramírez y Hugo Hernández Oviedo

Ayleen Dávila Juárez entrevistada por Periódico HOY de Nicaragua en Oficina de SOCIEDAD NICARAGÜENSE DE JÓVENES ESCRITORES.

Se puede leer el artículo en el siguiente enlace: 
http://www.hoy.com.ni/2014/05/19/arte-en-decadencia/

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Como en algunas ocasiones los enlaces no funcionan, las páginas se cierran, y se hace imposible la lectura de los temas expuestos, me he decidido a copiar la entrevista completa:

  

Arte en decadencia


19-05-2014 - Noticias, Última Hora

Periódico HOY - http://www.hoy.com.ni/

La declamación, una disciplina artística que ha venido perdiendo espacio.
Autor: Yaosca Reyes


“Dichoso el árbol, que es apenas sensitivo, y más la piedra dura porque esa ya no siente, pues no hay dolor más grande que el dolor de ser vivo, ni mayor pesadumbre que la vida consciente…”, con estas palabras empieza su presentación el ilustre declamador Hugo Hernández Oviedo, quien valiéndose de su interpretación casi perfecta, cautiva con “Lo Fatal”, poema de Rubén Darío.

Declamadores como Hernández Oviedo, Isidro Rodríguez Silva y Carlos Rodríguez Álvarez coinciden en que la declamación es el arte escénico de interpretar un poema frente a un público y tiene como objetivo cautivar al espectador mediante los versos.
El declamador tiene el reto de hacer vibrar con los versos del poema a cada persona que atento lo observa y escucha.

En el olvido
Algunos declamadores experimentados aseguran que no todos pueden llegar a ser excelentes en esa arte, pero señalan que aprender sobre las técnicas de la declamación es de suma importancia para el desarrollo de las nuevas generaciones.
Carlos Rodríguez Álvarez, actor y considerado el Primer Declamador nacional señala que la declamación es un arte que puede ser practicado por varios, pero el “don” de declamador solo algunos pueden tenerlo.
“Con eso se nace, es un don especial que no cualquiera tiene. Es sentirlo y vivirlo con todo tu ser”, refiere.
Sin embargo, la decadencia de éste arte se ha hecho más visible en los últimos años. Los colegios, familia e incluso la sociedad en general, se ha olvidado del aporte educativo y cultural que brinda a niños, jóvenes y adultos.
Ely Saúl Cano, un joven declamador oriundo de Jinotega, menciona que una de las razones del deterioro de éste arte es porque se conservan las mismas formas de declamar que desde hace décadas.
“Se ha conservado la manera tradicional de declamar, lo que provoca que la gente se aburra en las presentaciones. Esas formas antiguas de expresión ya no conquistan al público”, puntualiza Cano.
Carlos Rodríguez afirma que no hay interés de las autoridades del Ministerio de Educación (Mined) por mejorar o hacer renacer el arte de la declamación en las escuelas.
“No hay declamadores nuevos, eso es cierto, y no hay porque no los promueven desde las escuelas, porque a los niños no les enseñan las técnicas de vocalización, ni a leer bien, que es tan importante para interpretar un poema”, señala Rodríguez.

EN COLEGIOS
Desde la parte académica, Gema Ramírez Ríos, docente de español, señala que la declamación no se trabaja desde las aulas de clase con mucha frecuencia, pues quienes impulsan ese tipo de presentaciones son los encargados de teatro o los mismos actores y actrices de los colegios.
A pesar de eso, Ramírez cree firmemente que a la hora de enseñar temas como las partes del poema y el análisis de la misma, la declamación es una estrategia eficaz para lograr que el estudiante mejore su expresión oral, vocalización, dicción, tono de voz, pronunciación y seguridad propia.
“…Incluso a la hora de estudiar los ritmos del poema, los estudiantes lo perciben mejor cuando practican la declamación…”, afirma Ramírez.
Agrega que muchos profesores no son diestros en el arte de la declamación, entonces a la hora de impartir la materia prescinden de ésta herramienta. También que existe un pensamiento colectivo, de maestros y alumnos, que señalan este arte como poco importante.
Isidro Rodríguez Silva, actor de teatro en León, define a la declamación como el arte que desarrolla la parte cognitiva, vocal y la seguridad de cualquier persona.
“Es un arte que se está perdiendo, pero es de suma importancia conservarlo tanto en el teatro como en la educación de los colegios. La seguridad se fortalece”, afirma el actor.

Enseñanza
Los padres de familia dedican todos sus esfuerzos en educar de la mejor manera a sus hijos, pero dentro de esa lucha muy pocos consideran como principal enseñar a sus hijos a apreciar las artes.
Roberto Dávila, poeta nicaragüense, cuenta que siempre trató de inculcar a sus dos hijas el buen hábito de la lectura, lo que al final desencadenó en su hija mayor, Ayleen, una pasión sin límites por la poesía.
“Desde que estaba en el vientre de su madre le recitaba poemas y de grande la he llevado a los festivales de poesía en Granada, para que participe del micrófono abierto y exprese sus escritos (…) Mi hija declama desde que estaba en primer grado de primaria y siempre representó a su colegio en certámenes de declamación. Como padre la instruí”, estima el padre poeta.
Para Ayleen Dávila la presencia y enseñanzas de su papá le han fortalecido su amor por la poesía.
“Empecé a declamar desde los ocho años. Lo que me motivó fueron las enseñanzas de mi papá y el amor que le tengo a la poesía”, comenta la muchacha.

A concursar.- La jovencita participó en un concurso de poesía y declamación recientemente, y ganó el primer lugar en declamación a nivel municipal.
Ella representará a Managua en el certamen nacional impulsado por el Ministerio de Educación y varios colegios capitalinos.
El poema que declamó en el certamen es de su autoría y se preparó mucho para poder interpretarlo de la mejor manera.
A pesar del intento que se hizo en el certamen por reunir a muchos participantes, Ayleen expresa que la convocatoria fue poca, a penas ocho jóvenes concurrieron en el concurso, los mismo que representaban al menos a cuatro colegios de la capital.
En su apreciación de la situación, la poeta dice que los estudiantes de su colegio no tienen interés ni por la poesía ni la declamación, muchos hasta la miran como la rara del grupo porque se expresa de esa manera.
“Cuando declamo siento la libre expresión de poder transmitir mis sentimientos al público, me gusta sentirme así, más porque declamo mi propia poesía”, cuenta Ayleen.

¿Qué hacer?
Ante el deterioro de la declamación como arte, surge el cuestionamiento de qué hacer para erradicar esa situación y quiénes deben actuar.
El reconocido declamador Hugo Hernández Oviedo, insta al Ministerio de Educación a integrar el arte de declamar en las prácticas educativas.
“Deben exigir en el área de estudios del español o gramática que los alumnos memoricen al menos los poemas de poetas nacionales, es más debería haber un profesor de declamación y expresión corporal en los colegios”, señala Hernández Oviedo.
El actor Isidro Rodríguez Silva, señala que desde los teatros y colegios leoneses se está promoviendo la declamación entre los niños de primaria.
“Hay una preocupación del teatro municipal de impulsar y promover talleres de vocalización y en varios colegios se hacen concursos de declamación”, comenta el actor.
Sin embargo, admite que no existen escuelas de declamadores y que hay una disminución de jóvenes integrados en este arte.
Para el declamador Carlos Rodríguez Álvarez el Mined y la sociedad no hacen los suficiente en ese tema.
“Hay que motivar a los niños desde las aulas de clases (…) Por eso hago un llamado con mucho respeto al Mined y al público en general: hagamos un gran esfuerzo en promover la declamación infantil, porque ahí está la esencia del futuro cultural nacional, así se conservará por mucho tiempo éste arte tan apasionante”, finaliza el declamador.

De izquierda a derecha, los declamadores Moisés Mendoza, Roberto Dávila, Ayleen Dávila, Alberth Ramírez y Hugo Hernández Oviedo

Ver en la versión impresa las páginas: 6 ,7



  • No es lo mismo….
Según Isidro Rodríguez, actor y maestro de teatro hay una gran diferencia entre declamación y oratoria: “El término declamación solo se utiliza para la interpretación de poemas, en cambio en la oratoria hay argumentación, se persuade, se covence al público o auditorio en el tema que se aborda”.”No es lo mismo declamar que recitar (…) la declamación es el nivel superior de la lectura y la poesía. No solo es una lectura expresiva, porque lleva consigo actuación, y en el caso del recitador se trabaja mucho con la voz, algo parecido a lo que hacen los locutores de la radio”, dice Inés Izquierdo, coordinadora de proyectos educativos del Grupo Editorial La Prensa, considerada la “guardiana del idioma.

  • Características
Todo declamador está forjado de aprendizajes que lo hacen ser especial en el escenario, sin embargo los declamadores experimentados concuerdan que existen algunas características que todo orador debe tener: Buena voz, Elegancia, Presencia escénica, Buena memoria, Buena dicción, Buena expresión corporal, Conocimientos teatrales, Dominio del cuerpo y nervios en el escenario e interpretación de poemas.



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