“Sombras de Macri” - Ago. 21, 2016
Por, Eduardo Sanguinetti, Filósofo
“Amor por la
Patria y la Libertad”, “Amor a la verdad y odio a la mentira”
General Don José de San Martín (Máximas a su hija
Merceditas)
Macri, presidente de la República Argentina, en función, ocupa un sitial
de honor, para el cual, según el parecer de innumerables especialistas en
política del planeta, no está capacitado ni en bagaje de
idoneidad-conocimiento-responsabilidad, ni en la sensibilidad que lo haría
sentir y pensar al pueblo, a quien se debe por entero, en acto de administrar
una nación, Argentina.
Sin el pueblo, que le ha concedido el voto, no sería nada más que un
“vago” recuerdo… La voz de un pueblo, como el argentino, debería ser escuchada,
por Macri y sus “amigos”, no como algo lejano e intangible, sino como la voz
que clama.
Hoy el pueblo no es oído ni tenido en cuenta, como queda demostrado en el
día a día, por el penoso transitar de millones de ciudadanos, hambreados y
reprimidos, en su voluntad de hacer valer sus derechos constitucionales, hoy en
jaque… solo el imaginario popular, un relato casi imaginario, para este
presidente, tan limitado en su hacer y tan funcional a los intereses, de vaya a
saber quién… conforma el guión de un filme que se está escribiendo, del cual
somos actores y espectadores.
“Argentina hoy llora”, por una historia perdida, en su carácter de
ciencia objetiva, comprobable, para adquirir el carácter de discurso: un nuevo
tipo de relato cercano a la escritura de ficciones, aplicable a las
oportunistas informaciones del aparato de medios, que opera dibujando una realidad
inversa, en la voz de rentados informantes de realidades obtusas, fabulando lo
que jamás ha tenido sitio ni espacio y blindando, silenciando, los desaciertos
cotidianos de Mauricio Macri y su corte de los “milagros”.
Frente a la imposición del olvido y a la reconciliación amnésica del
relato del poder, muchos de los mejores escritos de los últimos años, en
Argentina, ejercieron una obstinada interrogación sobre la historia nacional y
una polémica, en ciernes, cuando se silenciaba la voz de quienes clamaban con
el relato histórico, no ficcionalizado: los memoriosos.
Juicios y parcialidades, víctima a cada instante de sus repugnancias y
fantasmas, a los que convoca, este presidente, arriesga a torcer la proa de una
historia, la argentina, ya de por sí degradada, en su ficcionalización, en “la
sombra de una grotesca representación”, con la aprobación de funcionarios de
toda especie, traidores y cobardes, que han pactado y pautado, a espaldas de un
pueblo, el devenir de un tiempo de “entrega y sumisión”.
Tendrá alguna idea este presidente, que el núcleo sustancial y esencial
del “drama argentino”, es construir desde la educación una cultura de
excelencia, desde la universidad, los colegios públicos y centros culturales,
reflejados en un profesorado que garantice idoneidad, capacidad y rigurosidad,
ante la emergencia del instante, a un estudiantado dinámico y con ánimos de
sentar las bases de una política de autodeterminación y emancipación cultural.
¿Con qué finalidad e impericia evidente, intentan gobernar, estos
funcionarios-funcionales, enviados del olimpo financiero? Deviene lo anterior
en una cobarde y oportunista intolerancia frente a cualquier manifestación
original, en todas las expresiones que conforman la cultura o del disentimiento
crítico sustentable, con apoyo teórico idóneo que representa el “peligro” de
una discusión seria al volver a poner en juego algunos valores, revolucionando,
en giro de 180º, al estado de las cosas.
Todo lo acontecido, en antípodas a los procesos revolucionarios
independentistas, de mitos escindidos, como lo fueron los del General José de
San Martín y demás heroicos batalladores de esta Latinoamérica, tan
impertinente con sus prohombres. Aquellos que pretendían una unidad
continental, entregándose a la tarea monumental de lograr una Patria Grande,
tan lejana hoy de las realidades obtusas, impuestas, vaya a saber por quién o
quienes, pues era prioridad en la fundación del Unasur, eliminar las fronteras
y dar espacio al Banco de dicho organismo, instancia que no lo han logrado los
representantes de las naciones integrantes.
No nos engañemos, pues el sarcasmo absurdo y el anacronismo configuraron
la alegoría de la historia de las naciones latinoamericanas y su destino de
justificaciones, que hicieron que jamás hayamos salido del estado de
balcanización irreductible en naciones que se pretenden libres y
autodeterminantes.
Se trata de preparar nuestras mentes para el combate vital por la
lucidez, y eso significa que hay que estar siempre buscando cómo conocer el
propio acto de conocer, haciendo de lado privilegios que reciben legisladores
bien rentados, que ya no se representan ni a sí mismos, en nombre de la
democracia y el orden vetusto, que ya no tiene espacio para quienes somos
herederos legítimos de una tradición, donde el conocimiento implica
responsabilidad y el pensamiento tenga un sitio de honor en la vida de nuestra
comunidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario