OPINIÓN: “Meryl
Streep galardonada” - Ene
14, 2017 | Por: Eduardo Sanguinetti, Filósofo
Meryl
Streep, en la densa y rutinaria “Gala de los Globos de Oro”, recibió días
pasados, el premio honorífico Cecil B. De Mille por toda su carrera… al momento
de agradecer, lanzó un impecable discurso a favor de la diferencia y de la
prensa. Discurso dirigido, aún sin mencionarlo, al presidente electo Donald
Trump.
Discurso
políticamente correcto, el de esta gran actriz, multifacética, sin dudarlo,
prolífica y talentosa; lástima que no hizo extensivo su discurso al sistema
neoliberal, excluyente, discriminador, genocida y sionista, como también al
siniestro Hollywood, una de las usinas de la inteligencia yanky.
También
pudo hacer extensivas sus palabras, tan sentidas, a las guerras neocoloniales
que lleva a cabo Estados Unidos en las más diversas regiones del planeta; a las
27.000 bombas caídas en Siria, Irak, etc… durante el gobierno del Premio Nobel
de la Paz: Barack Obama; a la adhesión de Hillary Clinton a invadir Libia y el
genocidio devenido en astutos mecanismos de espionaje que Julian Assange en
WikiLeaks deja al desnudo, así como a las corrupciones y estafas del poder
junto con los negociados de corporaciones mediáticas que entregan fábulas de lo
que jamás ha acontecido… Ah! Y a la cárcel de Guantánamo y a los terroristas
instalados en la atroz guerra de Siria y demás atrocidades.
Las
multinacionales dominan el mundo. No sé si son las sombras o las imágenes las
que nos ocultan la realidad. Podemos discutir sobre el tema infinitamente, lo
cierto es que hemos perdido capacidad crítica para analizar lo que pasa en el
mundo… la expresión del actor Viggo Mortensen, de Mel Gibson y de otros
presentes en dicha ceremonia que no aplaudieron. Artistas talentosos, con un
modo de ser muy claro y sin condicionamientos, como los demuestran sus
trayectorias y una filosofía de vida humanista, no dudo que hubieran denunciado
al sistema todo, una apología de Hollywood es una desmesura, a pesar de los tan
gratos momentos que nos han dado en nuestra vida. Insisto, el sistema está en
jaque y no por Trump, que es la “cola de lagartija”, no llegó al poder por
nada, sin apoyo de toda la prensa yanky habría que cuestionar al sistema. ¿Qué
ocurrió? ¿Qué ocurre en Argentina? ¿Qué acontece en el mundo?
Todos
los días desaparecen especies animales y vegetales, idiomas, oficios. Los ricos
son cada vez más ricos y los pobres cada vez más pobres. Cada día hay una minoría
que sabe más y una mayoría que sabe menos. La ignorancia se expande de forma
aterradora.
EEUU
se replica en actitudes atroces y canallescas a lo largo de su historia, con
presidentes de todo tipo y color, apuntalado por corporaciones mediáticas que
justifican lo injustificable.
“Todos
los que estamos en esta sala pertenecemos a dos de los sectores más
vilipendiados, extranjeros y prensa”, comenzó su disertación Meryl Streep.
Ensalzó el cosmopolitismo del cine, repasando rápidamente a algunos de los
actores que han nacido fuera de Estados Unidos. A lo que agregó que Hollywood
“está lleno de extranjeros, de forasteros”.
Streep
también abogó por la necesidad de un periodismo fuerte e independiente:
“Necesitamos que la prensa defienda y saque a la luz todas las historias, que
hagan que los poderosos respondan por sus actos. Todos tenemos que apoyar a
nuestros periodistas porque los vamos a necesitar”… sin dudas, nadie puede
disentir con lo que ha manifestado esta actriz estupenda, pero me pregunto ¿por
qué no lanzó estas palabras en gobiernos de Bush, Clinton, Obama, cuando la
prensa fue cómplice de las atrocidades cometidas por esos gobiernos, elegidos
por el pueblo de dicha nación? ¿Recién cae en la cuenta del peligro de la
desinformación a la que estamos expuestos, nosotros ciudadanos sin pantalla y
sin libertad de expresión en las macro corporaciones de medios al servicio del
gobierno de turno?
Meryl
Streep tiene idea de la eficacia escatológica de las imágenes que día a día
presentan los medios audiovisuales, de accidentes ‘anunciados’, homicidios a
repetición, violaciones en serie, genocidios amparados por organismos
disfuncionales, que con frases torpes y simuladas de funcionarios y periodistas
intentan decir “algo” acerca de los luctuosos sucesos que se proyectan sin
cesar de las imágenes del desastre del día.
A
mi entender, la información debe ejercerse desde la dialéctica, acompañada de
la imagen de quien la ejerce en discurso, en contenido, y esta debe estar
sujeta a un monitoreo que pueda ser clasificable en términos de veracidad,
falsedad, credibilidad, precisión etc., pero debe evaluarse. Al informar, no lo
dudo, debemos decir algo y a la vez evaluar lo que decimos.
Frente
a esta situación de bajas defensas para pueblos enajenados en lo referente a “lo
político”, a “lo social”, a “lo cultural”, hago responsables a los medios de
comunicación y a quienes los dirigen desde la esfera privada y pública de
sub-informar a sus espectadores incautos, con información patéticamente
idéntica en su tratamiento, caminando el sendero de discriminación aberrante al
conocimiento y a la inteligencia, ocultando información de cables de noticias
que no son ofrecidas a una platea anestesiada. Por supuesto, deviene de lo
manifestado que dicha discriminación recae sobre quienes están dotados de estas
cualidades.
No
hay dudas de que “la coartada de la democracia” en el cosmos consumista es una
lógica cultural demasiado manifiesta en una comunidad materialista, similar a
los candidatos en oferta de “liquidación”, que hacen pasar el consumo de
objetos innecesarios, por una ‘función social democrática’ indispensable para
seguir viviendo en este mundo.
La
formación de la opinión pública debe ser mejorada de inmediato, mi condición de
ser que transita esta existencia lo exige… y utilizando esa misma “tekné”.
Padres, centros de educación y periodismo valiente y capaz -hoy en fuga- deben
rediseñar su camino en resistencia a la estupidez reinante y la impunidad
instalada en lo referente a los ilícitos perpetrados por el poder y que llevan
un estado de caos en el que el pueblo es víctima y cómplice pasivo de un tiempo
en que la simulación y la mentira los llevaron por consiguiente a una moral de
esclavos.
Meryl
Streep, actriz multipremiada, no dudo, sabe muy bien que a los poderosos del mundo,
multinacionales, transnacionales, no les importa demasiado agradar a la opinión
pública, obsesión de los políticos de barricada. Ya no precisan seducir al
electorado servil, van a lo esencial para ellos: ¿cómo administrar las
ganancias?, ¿cómo obtenerlas?, ¿cómo manipular la “gran” empresa planetaria en
beneficio de la deidad suprema de este sistema genocida: el dinero?
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