se
destacaba frente a un dorado atardecer...
Allá en
lo alto, desde el taxi en el que pasé,
la miré
y le pedí su ayuda, su bendición,
su
dulce compañía.
Sé que
las tendré. Seguramente.
Lo
ansío tremendamente. Lo necesito. Tanto. Tanto.
La
plaza albergaba niños y juegos...
Pasamos
en el taxi, con Azuliña, cansada.
Le
compré una pareja de buhítos y un hadita,
en la Feria de Artesanos.
Ahora,
a la noche, los colgamos en su ventana,
junto a
los demás móviles que ya tiene.
El
atardecer se volvió rosado y celeste...
De un
amarillo iridiscente... Dorado, casi,
sobre
todo, alrededor del alto campanario
de la Iglesia , cuando pasamos…
La
imagen de la Virgen ,
blanca y pura,
se
destacaba frente a ese dorado atardecer...
En
casa, entre las plantas, el viento refrescaba...
La
quietud cubría jardines y huertos...
El
colibrí pasó hoy temprano, lo vimos con Azuliña
cuando
jugábamos... Siempre es nuestra alegría verlo pasar
entre
las flores de la lantana...
Ahora,
ya el cansancio durmió a Azuliña,
y yo
aprovecho, aunque también cansada,
a
escribir en mi estudio...
El
sereno cielo estrellado me acompaña...
Como
siempre, hoy por la tarde, trinaron las aves
y
escuché su canto... Desde el ventanal azul...
Ahora,
descansan...
Qué raro, anoche trinó un ave,
cerca de la medianoche...
Qué raro...
____*
LILIANA ESCANES, 27/12/2013, a pocos días ya, de terminar el año *____
Compartimos el último ocaso del
año, con Azuliña...
El
colibrí revoloteaba
por las
ramas del olivo…
Y
Azuliña y yo mirábamos caer la tarde…
La
última tarde del año…
Fresca,
serena, bellísima tarde
en el
ocaso rosado y luminoso del huerto…
Los
colores de la luz,
en el
olivo, mientras observábamos
el
cielo salmón del ocaso…
Sus
intensos colores…
Frescura
entre las plantas…
Olor a
verde y a tierra recién regada…
Azuliño
jugó en el barro…
En el
canal de riego que se forma en el huerto…
Camina
por el barro… Juega, se divierte…
Y es la
alegría de mi tarde...
Ésa, era
la última tarde del año..
La
pasamos juntas,
en el
huerto,
con la
frescura del riego
entre
las plantas…
Sí: compartimos el último ocaso
del año,
con Azuliña...
La última fresca, serena,
apacible, luminosa tarde
del último ocaso del año...
El Martes 31 de Diciembre de
2013,
pocas horas antes del final del
año...
Y también compartimos el primer
ocaso
del Nuevo Año: el 1 de Enero de
2014,
también
juntas en el huerto...
Con un
cielo celeste intenso salpicado
por
nubes gordas y blancas…
“Banderas
argentinas” en todo el cielo…
Con la
luz rosada y amarilla-dorada
reflejándose…
Con
nubes finitas y magentas, luego…
Hasta
la caída completa
del sol
de la tarde…
La
primera tarde del año…
La
primera y luminosa tarde del Nuevo Año…
Con la
frescura del huerto y del jardín
recién
regados…
Con la
brisa leve y fresca acariciando
las
manos y la cara…
Con el
aroma a verde, a fresco,
a
plantas recién regadas…
A
tierra húmeda… A nido…
A cielo
celeste intenso…
A cielo
amarillo iridiscente…
A noche
levemente estrellada…
Al reflejo
de la luz entre las nubes…
De a
poco, alejándose…
A “Luna
Nueva” oculta entre los árboles…
A fe y a esperanza...
A fe y a esperanza...
Empezó
distinto, este Año...
Casi
sin notarse… Casi imperceptible su llegada…
Pero con mucho empuje y
brillo...
Con mucha
belleza en el cielo
del
primer ocaso, de la primera tarde…
Con mucha fe y esperanza
en la vida... y en la naturaleza
alborotada...
Sí: con mucha fe y esperanza...
Empezó
distinto, este Año...
Espero que nos depare mejores
cosas,
mejores encuentros y situaciones...
Y que todos mejoremos un poco...
Para proteger este Mundo
que es nuestra Inmensa y Bella
Casa...
Sí:
Azuliña siempre mira el cielo...
Yo le
enseñé a mirarlo, sobre todo, al ocaso...
Y charla, y pregunta...
Y es mi
confidente en tantas ocurrencias...
Y es la
alegría de mis tardes...
-“¡Mirá qué lindo está el cielo!!!...”,
le gritó a la madre...
_* LILIANA ESCANES, con las vivencias del 31/12/2013 y del
1/1/2014*_
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