De izquierda a derecha, los
declamadores Moisés Mendoza, Roberto Dávila, Ayleen Dávila, Alberth
Ramírez y Hugo Hernández Oviedo
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Ayleen Dávila Juárez entrevistada por Periódico
HOY de Nicaragua en Oficina de SOCIEDAD NICARAGÜENSE DE JÓVENES ESCRITORES.
Se puede leer el artículo en el siguiente enlace:
http://www.hoy.com.ni/2014/05/19/arte-en-decadencia/
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Arte en decadencia
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Como en algunas ocasiones los enlaces no funcionan, las páginas se cierran, y se hace imposible la lectura de los temas expuestos, me he decidido a copiar la entrevista completa:
Arte en decadencia
Periódico
HOY
- http://www.hoy.com.ni/
La declamación, una disciplina artística que ha venido perdiendo
espacio.
Autor: Yaosca Reyes
“Dichoso el árbol, que es apenas sensitivo, y más la piedra dura porque esa
ya no siente, pues no hay dolor más grande que el dolor de ser vivo, ni mayor
pesadumbre que la vida consciente…”, con estas palabras empieza su presentación
el ilustre declamador Hugo Hernández Oviedo, quien valiéndose de su
interpretación casi perfecta, cautiva con “Lo Fatal”, poema de Rubén Darío.
Declamadores como Hernández Oviedo, Isidro Rodríguez Silva y Carlos
Rodríguez Álvarez coinciden en que la declamación es el arte escénico de
interpretar un poema frente a un público y tiene como objetivo cautivar al
espectador mediante los versos.
El declamador tiene el reto de hacer vibrar con los versos del poema a cada
persona que atento lo observa y escucha.
En el olvido
Algunos declamadores experimentados aseguran que no todos pueden llegar a
ser excelentes en esa arte, pero señalan que aprender sobre las técnicas de la
declamación es de suma importancia para el desarrollo de las nuevas
generaciones.
Carlos Rodríguez Álvarez, actor y considerado el Primer Declamador nacional
señala que la declamación es un arte que puede ser practicado por varios, pero
el “don” de declamador solo algunos pueden tenerlo.
“Con eso se nace, es un don especial que no cualquiera tiene. Es sentirlo y
vivirlo con todo tu ser”, refiere.
Sin embargo, la decadencia de éste arte se ha hecho más visible en los
últimos años. Los colegios, familia e incluso la sociedad en general, se ha
olvidado del aporte educativo y cultural que brinda a niños, jóvenes y adultos.
Ely Saúl Cano, un joven declamador oriundo de Jinotega, menciona que una de
las razones del deterioro de éste arte es porque se conservan las mismas formas
de declamar que desde hace décadas.
“Se ha conservado la manera tradicional de declamar, lo que provoca que la
gente se aburra en las presentaciones. Esas formas antiguas de expresión ya no
conquistan al público”, puntualiza Cano.
Carlos Rodríguez afirma que no hay interés de las autoridades del
Ministerio de Educación (Mined) por mejorar o hacer renacer el arte de la
declamación en las escuelas.
“No hay declamadores nuevos, eso es cierto, y no hay porque no los
promueven desde las escuelas, porque a los niños no les enseñan las técnicas de
vocalización, ni a leer bien, que es tan importante para interpretar un poema”,
señala Rodríguez.
EN COLEGIOS
Desde la parte académica, Gema Ramírez Ríos, docente de español, señala que
la declamación no se trabaja desde las aulas de clase con mucha frecuencia,
pues quienes impulsan ese tipo de presentaciones son los encargados de teatro o
los mismos actores y actrices de los colegios.
A pesar de eso, Ramírez cree firmemente que a la hora de enseñar temas como
las partes del poema y el análisis de la misma, la declamación es una
estrategia eficaz para lograr que el estudiante mejore su expresión oral,
vocalización, dicción, tono de voz, pronunciación y seguridad propia.
“…Incluso a la hora de estudiar los ritmos del poema, los estudiantes lo
perciben mejor cuando practican la declamación…”, afirma Ramírez.
Agrega que muchos profesores no son diestros en el arte de la declamación,
entonces a la hora de impartir la materia prescinden de ésta herramienta.
También que existe un pensamiento colectivo, de maestros y alumnos, que señalan
este arte como poco importante.
Isidro Rodríguez Silva, actor de teatro en León, define a la declamación
como el arte que desarrolla la parte cognitiva, vocal y la seguridad de cualquier
persona.
“Es un arte que se está perdiendo, pero es de suma importancia conservarlo
tanto en el teatro como en la educación de los colegios. La seguridad se
fortalece”, afirma el actor.
Enseñanza
Los padres de familia dedican todos sus esfuerzos en educar de la mejor
manera a sus hijos, pero dentro de esa lucha muy pocos consideran como
principal enseñar a sus hijos a apreciar las artes.
Roberto Dávila, poeta
nicaragüense, cuenta que siempre trató de inculcar a sus dos hijas el buen
hábito de la lectura, lo que al final desencadenó en su hija mayor, Ayleen,
una pasión sin límites por la poesía.
“Desde que estaba en el vientre de su madre le recitaba poemas y de grande
la he llevado a los festivales de poesía en Granada, para que participe del
micrófono abierto y exprese sus escritos (…) Mi hija declama desde que estaba
en primer grado de primaria y siempre representó a su colegio en certámenes de
declamación. Como padre la instruí”, estima el padre poeta.
Para Ayleen Dávila la presencia y enseñanzas de su papá le han
fortalecido su amor por la poesía.
“Empecé a declamar desde los ocho años. Lo que me motivó fueron las
enseñanzas de mi papá y el amor que le tengo a la poesía”, comenta la muchacha.
A concursar.- La jovencita
participó en un concurso de poesía y declamación recientemente, y ganó el
primer lugar en declamación a nivel municipal.
Ella representará a Managua en el certamen nacional impulsado por el
Ministerio de Educación y varios colegios capitalinos.
El poema que declamó en el certamen es de su autoría y se preparó mucho
para poder interpretarlo de la mejor manera.
A pesar del intento que se hizo en el certamen por reunir a muchos
participantes, Ayleen expresa que la convocatoria fue poca, a penas ocho
jóvenes concurrieron en el concurso, los mismo que representaban al menos a
cuatro colegios de la capital.
En su apreciación de la situación, la poeta dice que los estudiantes de su
colegio no tienen interés ni por la poesía ni la declamación, muchos hasta la
miran como la rara del grupo porque se expresa de esa manera.
“Cuando declamo siento la libre expresión de poder transmitir mis
sentimientos al público, me gusta sentirme así, más porque declamo mi propia
poesía”, cuenta Ayleen.
¿Qué hacer?
Ante el deterioro de la declamación como arte, surge el cuestionamiento de
qué hacer para erradicar esa situación y quiénes deben actuar.
El reconocido declamador Hugo Hernández Oviedo, insta al Ministerio de
Educación a integrar el arte de declamar en las prácticas educativas.
“Deben exigir en el área de estudios del español o gramática que los
alumnos memoricen al menos los poemas de poetas nacionales, es más debería
haber un profesor de declamación y expresión corporal en los colegios”, señala
Hernández Oviedo.
El actor Isidro Rodríguez Silva, señala que desde los teatros y colegios
leoneses se está promoviendo la declamación entre los niños de primaria.
“Hay una preocupación del teatro municipal de impulsar y promover talleres
de vocalización y en varios colegios se hacen concursos de declamación”, comenta
el actor.
Sin embargo, admite que no existen escuelas de declamadores y que hay una
disminución de jóvenes integrados en este arte.
Para el declamador Carlos Rodríguez Álvarez el Mined y la sociedad no hacen
los suficiente en ese tema.
“Hay que motivar a los niños desde las aulas de clases (…) Por eso hago un
llamado con mucho respeto al Mined y al público en general: hagamos un gran
esfuerzo en promover la declamación infantil, porque ahí está la esencia del
futuro cultural nacional, así se conservará por mucho tiempo éste arte tan
apasionante”, finaliza el declamador.
De izquierda a derecha, los
declamadores Moisés Mendoza, Roberto Dávila, Ayleen Dávila, Alberth
Ramírez y Hugo Hernández Oviedo
Ver en la versión impresa las páginas: 6 ,7
- No es lo mismo….
Según Isidro Rodríguez, actor y maestro de teatro hay una gran diferencia
entre declamación y oratoria: “El término declamación solo se utiliza para la
interpretación de poemas, en cambio en la oratoria hay argumentación, se persuade, se covence al público o
auditorio en el tema que se aborda”.”No es lo mismo declamar que recitar (…) la
declamación es el nivel superior de la lectura y la poesía. No solo es una
lectura expresiva, porque lleva consigo actuación, y en el caso del recitador se trabaja mucho con la
voz, algo parecido a lo que hacen los locutores de la radio”, dice Inés
Izquierdo, coordinadora de proyectos educativos del Grupo Editorial La Prensa,
considerada la “guardiana del idioma.
- Características
Todo declamador está forjado de aprendizajes que lo hacen ser especial en
el escenario, sin embargo los declamadores experimentados concuerdan que
existen algunas características que todo orador debe tener: Buena voz,
Elegancia, Presencia escénica, Buena memoria, Buena dicción, Buena expresión corporal,
Conocimientos teatrales, Dominio del cuerpo y nervios en el escenario e
interpretación de poemas.
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