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domingo, 9 de diciembre de 2018

"Tres años selfies" y otros artículos - Por Eduardo Sanguinetti


"Tres años selfies" - Por Eduardo Sanguinetti (*), especial para NOVA - 10 de diciembre de 2018

11 dic. a las 0:51

El gobierno de Macri - Tres años selfies

Eduardo Sanguinetti, filósofo argentino.

Por Eduardo Sanguinetti (*), especial para NOVA
Se cumplen tres años del gobierno de Mauricio Macri, ocupando un sitial de honor para el cual, según el parecer de innumerables especialistas en política del planeta, no estaba capacitado, ni en bagaje de idoneidad-conocimiento-responsabilidad, ni en la sensibilidad que lo haría sentir y pensar al pueblo, a quien se debe por entero, en acto de administrar una Nación, la República Argentina.
En estos tres años de soportar mentiras, fraudes, represión (latiguillo de la campaña para las elecciones de 2019), ignorancia y total ausencia de conocimiento sobre las prisas de una comunidad mansa, no quedan dudas de que los especialistas en política del mundo no se han equivocado. Solo me remitiré a la acuñada frase de campaña electoral de Macri del 2015: "Pobreza 0", devenida en el peor humor noir de un presidente blindado, ignorante y mitómano. Millones de niños en estado de pobreza, denunciados por la UNICEF, bastan para desenmascarar la "gran mentira".
Sin el pueblo paciente y temeroso, por cierto, que le ha concedido el voto, Macri no sería nada más que un "vago" recuerdo. La voz de un pueblo ignorante de sus derechos y garantías, como el argentino, debería ser escuchada, por Macri y sus "amigos" no como algo lejano e intangible, sino como la voz que clama en silencio y miedo una vida en alegría y libertad, pero sin jugarse por una democracia real y concreta.
Hoy el pueblo en estado de anestesia no es oído ni tenido en cuenta, como queda demostrado en el día a día por el penoso transitar de millones de ciudadanos, hambreados y reprimidos, sin concreta voluntad de hacer valer sus derechos constitucionales, hoy en jaque.
Solo el imaginario popular, un relato casi imaginario para este presidente tan limitado en su hacer y tan funcional a los intereses de los ricachones parásitos conforma el guion de un film de "terror" que se está produciendo, del cual somos actores y espectadores. El miedo que ha caído como una red sobre Argentina elimina la libertad de sentir, pensar y actuar, y quien vive con miedo es un esclavo, un ser sin pulsión de vida.
“Argentina hoy llora con miedo” por una historia perdida en su carácter de ciencia objetiva, comprobable, para adquirir el carácter de discurso: un nuevo tipo de relato cercano a la escritura de ficciones, aplicable a las oportunistas informaciones del aparato de medios, que opera dibujando una realidad inversa, en la voz de rentados informantes de realidades obtusas, fabulando lo que jamás ha tenido sitio ni espacio y blindando, silenciando, los desaciertos cotidianos de Macri y su Corte de los "milagros".
Todo pintado de amarillo, color asociado en Occidente a la desvalorización y perturbación; amarillo asociado al color de la bilis y la ictericia, lo que representa desenfreno, como la mentira, la traición y el desorden para Oriente.
Frente a la imposición del olvido y a la reconciliación amnésica del relato del poder, muchas de los mejores escritos de los últimos años, en Argentina, ejercieron una obstinada interrogación sobre la historia nacional y una polémica, en ciernes, cuando se silenciaba la voz de quienes clamaban con el relato histórico, no ficcionalizado: los memoriosos.
Juicios y parcialidades, víctima a cada instante de sus repugnancias y fantasmas a los que convoca este presidente, arriesga a torcer la proa de una historia, la Argentina, ya de por si degradada, en su ficcionalización, en “la sombra de una grotesca representación”, con la aprobación de funcionarios de toda especie, traidores y cobardes, que han pactado y pautado, a espaldas de un pueblo, el devenir de un tiempo de "entrega y sumisión".
Tendrá alguna idea este presidente que el núcleo sustancial y esencial del “drama argentino” es construir desde la educación una cultura de excelencia, desde la universidad, los colegios públicos y centros culturales, reflejados en un profesorado que garantice idoneidad, capacidad y rigurosidad ante la emergencia del instante, a un estudiantado dinámico y con ánimos de sentar las bases de una política de autodeterminación y emancipación cultural.
¿Con qué finalidad e impericia evidente, intentan gobernar, estos funcionarios-funcionales enviados del olimpo financiero? Deviene lo anterior en una cobarde y oportunista intolerancia frente a cualquier manifestación original, en todas las expresiones que conforman la cultura o del disentimiento crítico sustentable, con apoyo teórico idóneo que representa el “peligro” de una discusión seria al volver a poner en juego algunos valores, revolucionando, en giro de 180º, al estado de las cosas.
Se trata de preparar nuestras mentes para el combate vital por la lucidez, sin los inútiles candidatos de siempre y eso significa que hay que estar siempre buscando cómo conocer el propio acto de conocer, haciendo de lado privilegios que reciben legisladores bien rentados, que ya no se representan ni a sí mismos, en nombre de la democracia y el orden vetusto, que ya no tiene espacio para quienes somos herederos legítimos de una tradición, donde el conocimiento implica responsabilidad y el pensamiento tenga un sitio de honor en la vida de nuestra comunidad.

(*) Filósofo argentino 

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"Diestra y siniestra" - Por Eduardo Sanguinetti (*), especial para NOVA - 6 de diciembre de 2018

Eduardo Sanguinetti, filósofo argentino.

En el prólogo intentado de este editorial, deseo comentar con cierto asco, que los jefes barrabravas viajan cómodamente, en primera clase, al partido de la final negociada de la Copa Libertadores en Madrid, que jugarán River- Boca... una final "absurda" e "indignante", con buenos dividendos para los mercaderes articuladores del devenir del deporte de multitudes... El fútbol hoy no tiene nada que ver con la concepción de deporte en el sentido clásico. No en cuanto a todo lo que fomenta el negocio en manos de entidades dirigidas por inescrupulosos empresarios, que como objeto de cambio esclavizan a jugadores (gladiadores rentados del tercer milenio) convertidos en profesionales, sometidos a las mismas tensiones de un ejecutivo de una multinacional.
Tampoco en cuanto a multitudes apasionadas, cegadas hasta el infarto en las gradas, presencia de barras bravas incluidas con toda su violencia al servicio de los empresarios del espectáculo. No olvidemos a árbitros que pagan un domingo de celebridad exponiendo su persona a insultos e injurias, y a los fanáticos que, ya finalizado el show, hacen asomar sus banderines por las ventanillas del ómnibus sobrecargado, que los devuelve a la realidad de su hogar, familia o soledad.
Sensación de “orfandad” muy concreta se siente en Argentina en los social, político y cultural... con la economía aún en el piso y la "mano dura" propuesta por Jaime Durán Barba y acatado obedientemente por Patricia Bullrich, siguiendo la tendencia fascista, hoy en alza: el nuevo relato del gobierno de Mauricio Macri... Sensación de violencia se palpa y es latente en Argentina, mi país… se percibe de manera clara la falta de verdad, la ignorancia, la agresión, la justicia ausente, la desazón, la contaminación real y metafórica, la eliminación de la libertad de expresión. Se reprime y silencia a los que piensan diferente y también a los que piensan… parece que la consigna es: “no pensar”, “ser leve”, “mentiroso”, “traidor” y “cobarde”.
Mentir, acusar, descalificar, agredir, difamar, culpabilizar, dictaminar, decretar y expulsar mintiendo, siempre la mentira cual signo de administraciones cacofónicas, marcan la tendencia de comportamiento de los “neo-salvadores de países para pocos”…Un tanto confundido, escéptico, pero consciente en intuición, no dudo ya que existen pactos a espaldas de los pueblos, nada queda librado al azar. De otro modo no se concibe tanta impunidad de la plutocracia que manipula el destino de Argentina, por ejemplo, entre tantas naciones en deriva... la mentira convertida en pasión de los traidores, que reivindican la verdad mintiendo... hoy se la define como posverdad, tendencia de estafadores gobernantes y burguesías bestiales.
Por poca relación que se tenga con la desdicha y el sufrimiento, se puede notar que mi rebelión es la del ser acribillado por el milagro del recuerdo de mejores tiempos, donde la basura era basura y los ángeles... jamás me sacrificaré a intereses de unos pocos delincuentes, que no son los míos, a poderosos ignorantes que reprimen e imponen criterio desde sus burbujas de graso papel moneda, aplaudidos por millones de ciudadanos cobardes y alcahuetes, descendientes de aquellos que seguían a Mussolini, Hitler o Franco.
Bien pude sentir que mi suerte y la de tantos, era la del futuro que habíamos anticipado, un espacio luctuoso, donde los administradores de miseria, triunfarían en su tarea escatológica, de encarnizamiento con el pueblo, castigándolo de la manera más vil, por hobby o simplemente asimilados a las patologías instaladas en su ADN.
Durante este período de gobierno PRO, la crisis estructural que ya venía padeciendo Argentina, se acentúa y llega a su punto más crítico... mi ausencia de esperanza, es la falta de esperanza de todo un pueblo y mi sentimiento de frustración, es el sentir de gran parte de la élite intelectual de este país.
Los entretelones de una de las etapas más dramáticas de la historia argentina, han comenzado su derrotero hace unos años, y yo, cual protagonista de este tiempo de mercaderes de la muerte, experimento una vez más el encuentro ansiado de mi objeto de búsqueda: dar sentido a mi existencia, a través de la palabra escrita, del arte, de los manifiestos que se replican sin descanso, madurando a su modo y a su propio ritmo... el proceso liberador puede comenzar en cualquier espacio y tiempo: sólo basta el deseo de llevarlo a cabo, aun siendo silenciado y amenazado, por los sicarios que deambulan por la Argentina de una sola estación... soy la metáfora de la liberación, mal le pese a quién le pese, no de un país o un hombre en particular, sino de toda Latinoamérica... la historia es un vehículo para expresar mis convicciones, preocupaciones y esperanzas escondidas.
Se ha construido en estos años una subjetividad donde a los disidentes se los califica en el mejor de los casos de locos... a estafadores y corruptos como impecables artífices del milagro financiero y a los cobardes-traidores, encarnados en la denominada oposición y mercenarios mediáticos, como "prodigios" de la vida en relación.
La mutación de los seres que transitan por las laderas sinuosas de este tercer milenio desideologizado, deviene en una  tristeza infinita al ver nuestros sueños eliminados por aberrantes personajes, que han hecho del horror concreto y real un arma letal, que se aplica sobre una comunidad, ya de por si temerosa y banal en su espantosa existencia ficcionalizada, remitida a visualizar en TV lo que creen es la existencia real, el horror aberrante de una vida signada por el mandato de psicópatas criminales en este espectáculo atroz, que pareciera no tiene fin.
Las estructuras tecnologizadas, sin ningún contacto con la realidad tienden a desbaratar cualquier intención de modificar el siniestro rumbo que ha tomado la vida de los pueblos, impidiendo todo entendimiento, silenciando el libre curso que debe tener el conocimiento en estado puro, nuestro idealismo agredido y violentado por los teóricos corporativistas de la dictadura ultraliberal, que ha sentado reales en una Argentina en estado de anestesia, sin réplica a los cimbronazos lanzados por un gobierno de financistas offshore... ¿quién lo hubiera imaginado?
En toda esta trama de traiciones veladas, de artificios instalados para esconder la trampa, se manipula el estado de ¿derecho? paquidérmico al universalizar soluciones a problemas endémicos, a modo de consuelo de un pueblo con beneficios de limosna, o ¿soborno? Se sepulta así, el sentido de República y se elimina su destino.
Hemos aprendido que la estupidez es insondable, no tiene límites, es infinita. Me pregunto: ¿a qué hay que volver o ir, a la desesperación, al escepticismo ya existente o al exilio involuntario? Mezcla de huida, de equívoca esperanza en un ¿regreso sin gloria? ... Cualquier ciudadano inteligente, sin miedo y con memoria, puede ver el futuro de Argentina, es como un huevo de serpiente. A través de la fina membrana se puede distinguir un reptil ya formado...  El huevo de la serpiente (Ingamr Bergman dixit), transmite la idea de que la depresión económica y social, el miedo generalizado y la indiferencia ante la injusticia siembran la semilla de lo que vendrá... nada funciona bien, salvo el miedo.

Por Eduardo Sanguinetti. Filósofo, poeta y performer argentino, especial para NOVA

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"Entretelones de la caída" Eduardo Sanguinetti, filósofo, poeta y performer argentino - 4 diciembre, 2018 - Prensa News Palermonline


Si sobre el filo de la revolución de 1789 un incendiario como Sade, proclamaba todavía: "Franceses, un último esfuerzo si queréis ser libres", 229 años después, para mí ya no hay esfuerzo que valga. Todo se ha perdido irremediablemente, sólo quedan la cloaca y la puerta estrecha del mundo virtual, tan acotado en sus fines colaboracionistas con el poder criminal y las "focas" aplaudidoras.
Por poca relación que se tenga con la desdicha y el sufrimiento, se puede notar que mi rebelión es la del ser acribillado por el milagro del recuerdo de mejores tiempos, donde la basura era basura y los ángeles... jamás me sacrificaré a intereses de unos pocos delincuentes, que no son los míos, a poderosos ignorantes que reprimen e imponen criterio desde sus burbujas de graso papel moneda, aplaudidos por millones de ciudadanos cobardes y alcahuetes, descendientes de aquellos que seguían a Mussolini, Hitler o Franco.
Bien pude sentir que mi suerte y la de tantos, era la del futuro que habíamos anticipado, un espacio luctuoso, donde los administradores de miseria, triunfarían en su tarea escatológica, de encarnizamiento con el pueblo, castigándolo de la manera más vil, por hobby o simplemente asimilados a las patologías instaladas en su ADN.
Durante este período de gobierno PRO, la crisis estructural que ya venía padeciendo Argentina, se acentúa y llega a su punto más crítico... mi ausencia de esperanza, es la falta de esperanza de todo un pueblo y mi sentimiento de frustración, es el sentir de gran parte de la élite intelectual de este país.
Los entretelones de una de las etapas más dramáticas de la historia argentina, han comenzado su derrotero hace unos años, y yo, cual protagonista de este tiempo de mercaderes de la muerte, experimento una vez más el encuentro ansiado de mi objeto de búsqueda: dar sentido a mi existencia, a través de la palabra escrita, del arte, de los manifiestos que se replican sin descanso, madurando a su modo y a su propio ritmo... el proceso liberador puede comenzar en cualquier espacio y tiempo: sólo basta el deseo de llevarlo a cabo, aun siendo silenciado y amenazado, por los sicarios que deambulan por la Argentina de una sola estación... soy la metáfora de la liberación, mal le pese a quién le pese, no de un país o un hombre en particular, sino de toda Latinoamérica... la historia es un vehículo para expresar mis convicciones, preocupaciones y esperanzas escondidas.
Se ha construido en estos años una subjetividad donde a los disidentes se los califica en el mejor de los casos de locos... a estafadores y corruptos como impecables artífices del milagro financiero y a los cobardes-traidores, encarnados en la denominada oposición y mercenarios mediáticos, como "prodigios" de la vida en relación.
La mutación de los seres que transitan por las laderas sinuosas de este tercer milenio desideologizado, deviene en una  tristeza infinita al ver nuestros sueños eliminados por aberrantes personajes, que han hecho del horror concreto y real un arma letal, que se aplica sobre una comunidad, ya de por si temerosa y banal en su espantosa existencia ficcionalizada, remitida a visualizar en TV lo que creen es la existencia real, el horror aberrante de una vida signada por el mandato de psicópatas criminales en este espectáculo atroz, que pareciera no tiene fin.
Las estructuras tecnologizadas, sin ningún contacto con la realidad tienden a desbaratar cualquier intención de modificar el siniestro rumbo que ha tomado la vida de los pueblos, impidiendo todo entendimiento, silenciando el libre curso que debe tener el conocimiento en estado puro, nuestro idealismo agredido y violentado por los teóricos corporativistas de la dictadura ultraliberal, que ha sentado reales en una Argentina en estado de anestesia, sin réplica a los cimbronazos lanzados por un gobierno de financistas offshore... ¿quién lo hubiera imaginado?
No olviden que el enemigo es inmortal, se replica en funcionarios de todas las especies y colores, incluso lo encontramos en ámbitos aparentemente aislados del mundillo de la política, como los faranduleros, que conforman el cabaret en que se ha convertido este país.

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