¡Pobre Bernardino le han dado fino!
Me gusta la forma en que discurre la
historia, limpia, sin nada que estorbe para el entendimiento de los hechos.
Narrado por uno de los personajes,
que tiene otros dos hermanos, uno mayor y otro más pequeño. Va contando la
historia de una forma sencilla y ligera, colocando a cada uno en su lugar con
el estilo más natural.
Es curioso cómo los chicos del
pueblo deciden armar una a
Bernardino, simplemente porque no les cae bien, porque es distinto a ellos, por
lo que sea, pero había que hacerle algo.
Creo que Bernardino da una lección
de dignidad delante de todos sin quejarse, sólo cuando cree que nadie le ve,
llora por la injusta paliza recibida.
¡Por favor, que pena me da el chaval!
No había leído este relato, pero me
alegro de poder comentarlo y conocer un poco más la obra de su autora. ¡Por
algo la dieron el premio Cervantes!
Susana Simón Cortijo – 27-X-2012
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